Por Alexandra Castañeda
Antes de leer este artículo los invito a leer el INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2021/2022: PANORAMA GENERAL, Tiempos inciertos, vidas inestables: configurar nuestro futuro en un mundo en transformación: https://hdr.undp.org/system/files/documents/global-report-document/hdr2021-22overviewsppdf.pdf
En los últimos años, el desarrollo de las sociedades parece haber ido en retroceso, si bien es cierto que hemos avanzado tecnológicamente, los demás aspectos dejan mucho que desear, la corrupción presente en los gobiernos ya es un estándar, las guerras han regresado y las enfermedades se han expandido a una escala global, arrasando con miles de vidas. Todo lo que ha lacerado la economía universal.
Ahora bien, debemos tener en cuenta que todo esto afecta a las personas de diversas maneras, una de las más complicadas y, a mi consideración, peligrosas, es a nivel mental, porque uno puede deshacerse de muchas cosas que le estorben o le hagan daño físico, pero, ¿cómo se deshace una persona de sus pensamientos?.
En todo esto, entonces, salen a flote las enfermedades mentales. Según el informe sobre desarrollo humano 2021/2022, se prevé que las incertidumbres sobre estado de la realidad social y ambiental deterioran el bienestar mental de las personas, principalmente a través de cuatro vías, que serían los sucesos traumáticos, las enfermedades físicas y la ansiedad general relacionada con el clima e inseguridad alimentaria.
Se considera, en general, a la violencia como el principal factor que genera secuelas mentales tanto para el abusador como para el abusado, y específicamente en estos tiempos un factor sería la pandemia, durante la cual, se sabe que la prevalencia mundial de la depresión y la ansiedad aumentó. Siendo las personas de ingresos bajos, es decir, quienes tienen dificultades para costearse las necesidades básicas, las que sufrieron de manera desproporcionada en diversos países.
El mismo documento deja en claro también que las consecuencias de los trastornos mentales afectan de múltiples formas al desarrollo humano. Pueden impedir, por ejemplo, la asistencia escolar y el aprendizaje, así como la capacidad para encontrar un empleo y rendir de forma productiva en este. Y a menudo, la situación empeora debido al estigma que acompaña a estos trastornos.
Los mismos que resultan excepcionalmente complejos porque el principal instrumento para afrontar los desafíos de la vida, la mente, es precisamente aquel en el que las personas que padecen un trastorno mental no pueden confiar. Entonces, ¿existe alguna solución para esto?, considero que dar visibilidad e importancia a los trastornos mentales sería un buen comienzo.
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